14 may 2012

New Girl


Esta semana terminó New Girl, la serie protagonizada y producida por Zoey Deschanel.

Antes de comenzar la crítica, quiero que quede claro que me declaro y re declaro fan absoluto de la señorita Deschanel desde mucho antes siquiera de que tuviera yo en mente que ella iba a protagonizar una serie de televisión. Desde que la vi en 500 Days of Summer (película que sigo considerando como uno de mis placeres más culposos), me enamoré de su inquietante y extraña manera de actuar. Poco después la vi en Yes, sir! Con Jim Carey y fui aplastado por sus encantos. Así que si, puede que al final esta crítica no sea para nada neutral.

Desde el principio del episodio piloto los escritores dejan en claro que nunca habrá una explicación racional a la manera de comportarse de Jess, una mujer que es entrevistada por tres hombres para rentar con ellos un loft que despierta la envidia incluso del más conservador cuando de departamentos se trata. Jess viene escapando de una relación de varios años después de que encontrara a su pareja engañándole. Lo que quiere es escapar de la depresión y eso es lo que logra al compartir hogar con esos tres hombres. Ninguna actuación es algo fuera de lo común, varias de hecho son exageradas y hay episodios en los que esa exageración sobrepasa lo aceptable y se convierte en algo molesto. Lo que hay que decir es muy simple: sin Zoey, la serie no sería nada. Aun cuando es ella la que también a veces es cómplice de esa exageración actoral, su carisma hace que te olvides de eso por unos segundos. Es su carisma lo que hace la serie algo diferente.

Ya se ha visto probada y comprobada la fórmula utilizada en el argumento de New Girl. El grupo de jóvenes que comparten apartamento y que se ven envueltos en situaciones que nunca resuelven de manera individual. La comicidad que esta fórmula puede proporcionar se ha visto explotada por las grandes productoras de televisión desde el éxito de la mítica Friends. También la hemos visto en funcionamiento con The Big Bang Theory y de cierta manera también en Two and a Half Men. Aunque ninguna –le guste a quien le guste- ha alcanzado el nivel de ingenio y de espontaneidad que se consiguió con Friends, todas las series citadas aquí han alcanzado el éxito de manera irrefutable. Ni siquiera la partida de Charlie Sheen ha parado los ratings de Two and a Half Men (y yo me declaro entre los que se vieron asombrados por la manera en la que la serie se salvó).

New Girl pone esa fórmula a prueba una vez más y logra –también una vez más- comprobarla. Cada uno de los compañeros de cuarto tiene una cualidad: el cómico, el pesimista y el escéptico. Son estereotipos que también ya se han visto más que comprobados para funcionar en conjunto. Si a eso le sumamos el carisma de Zoey, obtendremos una serie que –en algunos episodios- logra atrapar hasta al más escéptico de la comedia. A mitad de temporada la serie fue renovada dando a entender que los ratings eran satisfactorios. Lo que se ha dicho desde entonces es que el personaje de Jess es la viva imagen de Zoey en la vida real y por ello es que –incluso en los momentos más exagerados- el personaje resulta con un realismo muy especial que –repito- se alimenta del carisma de la bella actriz. Muchas veces el guión es decadente, no se puede negar. Las situaciones son previsibles y no atrapan al espectador. Pero una vez más tengo que decir, que todo eso se deja pasar cuando sigues viendo a Jess gritar, cantar y reír en pantalla.

Lo Bueno: Ya dije todo lo bueno de la serie, mi crítica no fue imparcial.
Lo malo: Situaciones previsibles, actuaciones exageradas, en algunas ocasiones la producción es pobre. Falta desarrollo de los personajes más pequeños (como Winston) y sobra desarrollo en personajes de primera pantalla (como Nick).
Calificación: 7.5/10
Recomendación: A los que no les guste lo exagerado deben evitarla a toda costa. Los que pueden reír con cosas sencillas la encontrarán imperdible. Los que nos quedamos en el medio la vemos con alegría pero sabemos que no se pasa de lo común. Recomendable pero no imperdible.

Publicado originalmente en Puerto al Olvido. Sujeto a las licencias de The Holy Crown Foundation.

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