2 ago 2011

Day 06 -- whatever tickles your fancy


Cuando Rocko entró por fin en la habitación, su padre había muerto.

"Gracias al cielo que completé mis deberes magníficos antes de que esto pasara. No quisiera ni imaginarme lo que esas urracas hubieran hecho por mi lugar en El Concilio" fue lo primero que le vino a la mente al nuevo líder de la casa de Jus cuando abandonaba la habitación para ir a hablar con su, casi recién nacido, hermano.

"Al menos fui el último en sufrirlo" y "Quisiera ver la cara de Alberto" fueron otras cosas que le pasaron por la mente en esos momentos. Pero cuando entró en la habitación de su madre, y la miró a los ojos, en verdad deseó estar muerto él. Cuando hablaba con ella, y ella solo lo miraba llorando, supo en verdad lo poco que entendía la manera en la que la gente lidiaba con la muerte. Simplemente no lo entendía.

Durante las siguientes semanas, su madre apenas bajó a desayunar o comer. Cuando la reina Cristal la invitó al festín de bodas de su hijo, Rocko no podía haber estado más feliz. Su mejor amigo se casaba y además su madre saldría de viaje para distraerse un poco. En el camino a Brocktia lo pensó mucho, Rocko debía encontrar una manera inteligente de hacer que su madre abandonara Quinentavé para siempre. Pero pocas cosas lógicas le vinieron a la mente al joven Lord.

Hernán lo miraba preocupado. No le creía esa fortaleza. "Si mi padre se me muere ahora, yo no estaría tan tranquilo" Para tranquilizar a Hernán, Rocko le explicó que, en matrimonio, las cosas siempre son más fáciles de llevar cuando son pesadas cargas para otros.

Dos meses después de ello, en La Gran Cámara Conciliar en Quinentavé, Rocko fue nombrado por fin miembro de El Concilio. Los demás miembros lo recibieron de inmediato con los brazos abiertos. ¿Y cómo no? Lo conocían desde bebé. Leo por ejemplo, fue su cómplice en innumerables travesuras cuando apenas eran unos niños. Dicen que algunos -como Hiro- envidiaron a Rocko al principio de su mandato. Felizmente casado, 21 años y miembro de El Concilio, líder de una de las dos casas más antiguas de La Corona. Rocko simplemente había nacido para el trabajo. Y más le valía, y no solo a él, a todos. Más les valía a todos haber nacido para el trabajo. Los horrores que verían en su vida, no se iban a comparar con nada para lo que el mundo te pudiese preparar. Había que nacer para el trabajo.

Publicado originalmente en Puerto al Olvido. Sujeto a las licencias de The Holy Crown Foundation. ESTO NO ES UNA NOTA DE FACEBOOK.

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