Hoy que me voy de casa, tengo nervios, incluso nausea. No me quiero ir a donde voy. No quiero ir a un trabajo donde me aceptaron a regañadientes y por hacerle el favor a alguien. Un trabajo donde no me van a pagar. Un trabajo en el que durante tanto tiempo que le busqué, nunca sentí que me estuvieran tratando bien, una vez más, sólo por hacerle el favor a alguien.
No me quiero ir porque aún tengo prioridades aquí en Pachuca. Y al mismo tiempo, no me quiero quedar porque en Pachuca no quiero trabajar ni estudiar.
Sólo quisiera tener otra cosa a la que llegar el día de mañana, y no a ese lugar en el que creo que vaya a sentirme a gusto. Y no sé a quién decírselo. Tengo miedo a que me juzguen. Tengo miedo a cómo me vean. Tengo miedo a quedar como un inútil. Tengo miedo a no hacer nada de mi mismo. Tengo miedo a no cumplir mis sueños. Tengo miedo. Y ya que yo tenga miedo es suficiente para que todo se me empiece a derrumbar.
Hace mucho que no estaba inseguro. Hace mucho que no me sentía, sin rumbo. Hoy, lo más peligroso, es que quisiera ser normal.
Adiós a casa por un rato.
0 comentarios:
Publicar un comentario