Siempre y cuando no te detengas,
y en el gran cielo las nubes vuelen.
Siempre y cuando no te detengas,
yo nunca te olvidaré.
Aquellos pocos que volvieron son
de piel calcinada y de cabello corto,
con ojos llorosos; lágrimas secas,
han visto terrores que en estas tierras
no se crearon ni se pensaron.
Pero repito ¡oh hijo mío!
de grandezas te alejas, de males de llenas;
recuerdos tu pierdes en este gran mar
es este puerto, el puerto al olvido.
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